lunes, 8 de marzo de 2010

Pérdida de Biodiversidad y Desarrollo Económico.

Por: Jairo A. Vásquez Pravia (*) 

La expansión de la frontera agropecuaria a nivel mundial se ha hecho a costa de la pérdida de la riqueza biológica. De acuerdo con un estudio de Forest Trends publicado en agosto de 2004, el mundo ha perdido casi tres mil millones de hectáreas de bosques en los últimos años, lo que equivale a cerca de la mitad de los bosques que ocupaban la tierra. A la velocidad de pérdida del hábitat actual, un 10% de las especies que habitan la tierra podrían desaparecer en los próximos 25 años. La pérdida de biodiversidad ha sido más dramática en los países subdesarrollados que en el primer mundo, yendo de la mano con las abismales diferencias en la distribución de la riqueza entre regiones y dentro de los mismos países. 

Durante la década de los setenta e inicios de los ochenta, vastas áreas de bosques tropicales húmedos de América del Sur, África subsahariana, y el sudeste de Asia ya habían sido taladas y convertidas a tierras de cultivo y/o pastoreo, aunque a partir de mediados de los años ochenta el ritmo de deforestación en América del Sur había disminuido dramáticamente, particularmente en Brasil, pero el ritmo en África y el sudeste de Asia, aunque pobremente cuantificado, se mantiene relativamente alto hasta nuestros días. 

La población actual de nuestro planeta probablemente se duplicará para el año 2050, resultando en unas 10 mil millones de almas demandando diariamente una variedad enorme de bienes y servicios. La gran mayoría de esta población vivirá en las regiones tropicales y subtropicales de Asia, África y América del Sur. Coincidentalmente son las regiones con mayor necesidad de desarrollo económico y la presión doble que seguirá ejerciendo el crecimiento demográfico descontrolado y la expansión económica inequitativa no hará más que incrementar la demanda sobre los recursos de la biodiversidad. 

El fallo de nuetras sociedades en asignarle un valor económico a la naturaleza ha significado la degradación de los ecosistemas, una consecuente reducción de los servicios ambientales, y ha contribuido decisivamente a la reducción de la biodiversidad,dado que no hay forma de incoporar el capital natural a análisis costo beneficio de proyectos que puedan tener un impacto sobre éste. La ausencia de metodologías comprensibles para proveer datos de valoración económica sobre biodiversidad y los servicios que ésta presta, los cuales puedan ser fácilmente transmitidos y comprendidos por gobernantes y tomadores de decisiones en el sector privado, ha impedido grandemente mayores esfuerzos para la protección, mantenimiento y restauración de hábitats y especies en muchas partes del mundo. 

(*) El autor es economista.

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